14 de abril de 2011

¿Se puede vivir bien como autor exclusivamente de obras culturales libres?

Esta pregunta surge como un trabajo de debate en el que 3 compañeros tienen que defender esta postura. En los próximos post se expondrán los argumentos consensuados entre Patricia Boadas, Albert Lladó (llado.albert[@]gmail.com y @allado) y Raúl López (mitocaverna[@]gmail.com y @raul___lopez) :D

Los post se dividirán en tres:
1. Introducción
2. Rediseñar el concepto de valor
3. Nuevas formas de explotación comercial

Nosotros consideramos necesario clarificar y matizar el significado de "libre" para poder abordar el tema sin ambigüedades, ya que es muy común el pensamiento erróneo que libre significa gratis. Una frase que podría resumir y aclarar dicha ambigüedad sería:

"Piensa en libre como en libertad de expresión, no como en cerveza gratis". Richard Stallman


Por otra parte, la Cultura Libre no quiere dejar desprotegidos a los autores, ya que distingue perfectamente los derechos morales y los patrimoniales. Es decir, "reconoce la autoría y reconoce el derecho de que esta autoría pueda percibir beneficios por su creación". Y para que todo no se quede nada más que en teorías o palabras, se han aportado ejemplos reales donde se demuestra que los autores de Cultura Libre pueden percibir ingresos por sus obras.



1. Introducción (Albert Lladó)
Al adoptar la palabra libre para referirnos a la posibilidad de acceder al contenido de obras creativas sin coste para quien accede, hemos adoptado también los mismos problemas conceptuales que se presentan en el idioma inglés.

Gratis” versus “libre” es la distinción entre los dos significados de la palabra inglés “free“, es decir, por un lado “por un precio cero“ (gratis o sin coste económico) y “con pocas o ninguna restritricción”. La ambigüedad de “free“ o de “libre” puede causar problemas cuando la distinción entre los diferentes significados es importante, como pasa a menudo en el tratamiento de leyes relativas a la utilización de la información, como por ejemplo los derechos de autor y las patentes.
Los términos se utilizan tradicionalmente y con frecuencia en el software libre y en las comunidades de código abierto, y de igual manera en el amplio movimiento de cultura libre, para clasificar los programas de ordenador de acuerdo con las licencias y las restricciones legales que cubren a éstas. Por ejemplo, se utilizan para distinguir “freeware” (el programa no se tiene que pagar) de “free software” (software libre: el código del programa es libre –accesible-).

Es famosa y muy auto-explicativa la frase de Richard Stallman, que resume la diferencia en un lema: “Piensa en libre como en libertad de expresión, no como en cerveza gratis“. Richar Stallman

Ahora bien: ¿significa el triunfo del software libre en que los programadores que lo desarrollan vivan bajo un puente o en condiciones precarias? En absoluto. Lo que significa es que se pueden poner las creaciones intelectuales a disposición de la sociedad sin tener que obtener dinero a cambio de este acceso. Las creaciones que aportan valor añadido pueden ser rentabilizadas de muchas formas, como explicamos en otros apartados, mientras que al mismo tiempo están a libre disposición de cualquier para hacer uso o para que se pueda volver a generar valor añadido.

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